sábado, 30 de septiembre de 2017

Final Fantasy XV -PS4-

¿Cuántos años han pasado? ¿10? ¿11? Tengo la sensación de que estos últimos días han sido el clímax de una espera casi eterna. No nos vamos a poner a hablar de toda esa lluvia que ha tenido que caer antes de que este juego viera finalmente la luz: cambios de personal y de dirección, trailers alejados del producto final, iniciado con una idea (ser parte de Fabula Nova Crystallis) para terminar siendo un juego independiente de la saga... el caso es que, tras todo ello, la decimoquinta entrega de la saga de rol más conocida ha llegado, y aunque ya hace algún tiempo de su lanzamiento, sigue dando que hablar gracias a sus DLCs y sus añadidos especiales. Por tanto, y como legendario fan de la saga, no veo mejor manera de terminar el verano que jugando por fin este título y saber, por cuenta propia, si la espera ha merecido la pena.

Está claro que esa reforma de "Versus XIII" a "XV" es más bien una declaración de intenciones, una manera de decirle a la gente que se acabó la historia y todo el mundo iniciado en FFXIII, se acabó ese ensayo y error en cada juego y que había llegado el momento de plantearse de nuevo la saga.

Final Fantasy XV



Desde hace años que el país de Niflheim, enormemente armado, se ha dedicado a conquistar el mundo de Eos. Hoy en día solo queda en libertad la capital de Lucis, Insomnia, protegida por el Cristal y el Rey Reggis. Se pacta un armisticio entre ambos países con la única condición de que el heredero de Lucis, Noctis Lucis Caelum, entable matrimonio con la princesa de Tenebrae, Lunafreya Nox Fleuret. Ante la posibilidad de traición, el rey envía a su hijo con sus más cercanos compañeros a reunirse con Luna en un lugar alejado de la capital. Es entonces cuando la capital cae y el Cristal, la Santálida, es robada por el imperio.

Despojado de su poder, su trono, su padre, su amor y su vida. Noctis emprende una epopeya donde se enfrentará al Imperio, obtendrá la gracia de los antiguos reyes y se enfrentará al mal más oscuro inimaginable. Acompañado, durante todo momento, por sus 3 grandes amigos: Prompto, su compañero de la infancia; Gladio, su guardaespaldas e instructor en la lucha; e Ignis, su mano derecha. Ah, y también por el Regalia, el coche de la realeza de Lucis.

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La historia es el punto al que más tiempo se le ha de conceder en este análisis, ya que no consigo quedarme con el punto de sí es buena o no. El juego divide su trama en capítulos, cada uno añade nuevos territorios que explorar y misiones secundarias que realizar. Los primeros capítulos se dedican a ponernos a los enemigos delante, el Imperio, y además nos comentan que el auténtico rey de Lucis debe poseer el poder de los antiguos reyes, plasmado en el juego como mazmorras y mausoleos donde encontraremos las Armas Ancestrales, pero luego damos una vuelta de tuerca y de repente nos ponen, sin saber realmente porque, a enfrentarnos a un Sideréo, un Dios/Invocación del mundo de Eos. Además de crearnos una subtrama que resultará ser la principal más adelante, añadiendo cada vez más conceptos que pondrán a prueba tus aptitudes de atención y de memoria. La historia, de primeras, es liosa.

Lo que yo he sentido jugando, es que el mundo creado es maravilloso, cada recóndito detalle juega a favor de llevarnos a nuestro objetivo: Reclamar el trono. Pero este guión solo funciona sobre el papel, la ejecución del mismo me parece mala. Por una parte porque te meten desafíos y prioridades sin saber realmente porque, o cual es el objetivo de tus misiones y, por otro, por esa forma de crear tantos y tan buenos personajes y luego no darles escenas, no darles ni la mínima importancia que se podría. Sin ir más lejos Lunafreya, tan importante como es presentada, siendo un recurso que vemos indirectamente, y que se lleva uno de los mejores momentos del juego, no me hizo sentir que era más un personaje para rellenar huecos.

No obstante, vamos a ser claros en una cosa, y es que, el remache de oro de este juego, está en sus 4 protagonistas y en como se les ha caracterizado, y se les ha concedido un carisma tan especial. No puedo sino aplaudir el concepto de amistad y compañerismo que se respira a cada instante, comparando con el personaje anterior, uno de nuestros protas llega un momento que confiesa una verdad que podría torcer todo cuanto has jugado, pero precisamente, sus compañeros ni se lo piensan, ni dudan. Tú, como espectador, piensas que quizás es una conversación forzada, pero como jugador sabes que esa sería tu reacción, porque todo lo que has vivido, te hace saber que no tienes ningún problema con dicha verdad, porque todo lo anterior te ha demostrado que el nunca habría hecho nada con malicia. Conoces a los personajes, te comprometes con ellos, los respetas y los conoces. Los 3 acompañantes de FFXV están en su estado de evolución máxima desde el principio, Noctis es el que debe crecer, pero aún así, los enfrentamientos les hacen cambiar y les hacen mejorar todavía. No puedo sino aplaudir a S-E por semejantes personajes, compensando un poco a todos los demás.


A falta de escenas o momentos, el juego no se queda corto con todo lo que presenta. Algunos jefes parecen ser monstruos normales pero con más vida, pero otros son con diferencia los momentazos para la posterioridad del juego. Partes jugables donde el sistema de combate cambia radicalmente para ofrecer más versatilidad y emoción al asunto, aunque precisamente este punto no me parece para nada malo. FFXV es un ARPG, se separa completamente del sistema de la saga, pareciéndose más a un Kingdom Hearts, quizás influido por su primer director Tetsuya Nomura antes de ser cambiado por Hajime Tabata.

En nuestro equipo tenemos cuatro huecos a rellenar con distintas armas y/o hechizos, podremos cambiar en cualquier momento con la cruceta: espadas, lanzas, dagas, pistolas... nuestros acompañantes están especializados en algún tipo de combate, pero nosotros no tenemos límite. También contamos con magia que canalizaremos a través de viales mágicos y que tendrán límite de usos, pero que recolectando en las fuentes elementales podremos volver a cargar, a libre elección de crear el hechizo deseado: Hielo, Piro o Electro, y la simbiosis de estas magias. Para usar el equipo y luchar usaremos un botón, mientras que otro servirá para esquivar y otro nos permitirá usar la magia de transporte, con la cual podemos escondernos del enemigo para recuperar salud y puntos mágicos o para lanzarnos en picado contra el objetivo señalado. Todo en tiempo real, sin pantallas de carga de combate y totalmente en mundo abierto.


Las opciones de combate no se quedan ahí, con el gatillo derecho entraremos en nuestro inventario para lanzarnos objetos sea de curación de algún estado alterado o objetos de mejora de estadísticas. Este menú también incluirá un apartado para la cámara fotográfica, el chocobo (si lo hemos contratado) y algunos objetos de apoyo en combates, como un señuelo. Y un último botón de acción, tanto para activar las habilidades de nuestros compañeros o nuestra habilidad más destructiva. Los combates son rápidos y muchas veces es un amasijo de golpes sin cuartel, tanto sea recibiéndolos como dándolos. Hay muchos tipos de enemigos con diversos movimientos con los que hay que familiarizarse para no estar ni todo el rato esquivando hasta agotar el PM, ni atacando y descuidando nuestra salud, sobretodo en las mazmorras, donde la recarga automática de VIT está censurada.

Pero el sistema está, digamos, pensado para quejarte de algún punto. No hablamos de una interfaz abrupta ni de un combate complejo sino que tiene altibajos que desenganchan de la premisa de un combate tan activo. Los grandes grupos de enemigos suelen atacar sin parar, lo que te hace perder raudales de VIT a la par que tú asestas un par de golpes sin apuntar dado que estas rodeado y golpeas seguro; los jefes son grandes e impresionantes, pero hacen quebrar la cámara en más de una ocasión, sea porque ocupan toda la pantalla o porque centras tu atención en uno de sus puntos débiles y es imposible apuntar a otro lado, por no hablar de combates en exteriores donde estas rodeado de árboles y no ves nada; la magia también tiene su aquel, porque mientras que puedes lanzarla a gusto, sea rápido contra los enemigos o precisa en cierto lugar, si es muy potente su ratio también afectará a tus compañeros, y no hay ninguna opción para decirles que se aparten. Yo al principio usaba la magia solo al principio de los combates, cuando mis compañeros estaban todavía detrás de mí, luego todo quedó sustentado en las armas.

Hablando de los compañeros desde el menú podremos elegir una de sus habilidades y cuando se cargue cierta barra en los combates, podremos usar segmentos de la misma para realizar estos trucos. Gladio, por ejemplo, tiene habilidades muy ofensivas, Ignis de apoyo como pueda ser dotarte de la magia elemental contra la que es débil un enemigo y Prompto tiene ciertos recursos especiales, como hacer fotos durante el combate o usar una bengala a modo de antorcha para iluminar y distraer. Y sí, también hay invocaciones, pero se deben cumplir ciertos requisitos durante los combates para hacerlos aparecer y no son, precisamente, opciones que nosotros podamos barajar.


El sistema de crecimiento tiene dos pautas: el nivel y las habilidades. No es necesario explicar que los combates y las misiones te darán experiencia que se almacenará y se irá sumando hasta que vayas a descansar en un campamento o en un establecimiento. Pero los Puntos de Habilidad se conseguirán de otra manera, la más sencilla es que por cada nivel subido en cualquier personaje te darán 1, luego está realizar labores con nuestros compañeros, que son eventos aleatorios que nos premiarán con una gran cantidad y, por último, están las habilidades que desbloqueemos que nos otorgarán PH por simplemente correr con el chocobo o recorrer distancias con el coche.

Los grupos de habilidades se distinguen en árboles de técnicas, no solo se trata de habilidades pasivas o mejora de atributos, también podrás conseguir correr durante más rato, hacer que tus habilidades consuman menos PM, o incluso desbloquear ranuras de accesorios. Las mejores habilidades de nuestros compañeros se consiguen siguiendo el área llamada Grupo también centrada en mejorar nuestras técnicas innatas de Lux, las que usamos al esquivar o arremeter contra el enemigo. La verdadera progresión se consigue mediante las habilidades y, por suerte, solo las que ya consideraría secundarias, son las que cuestan una cantidad desorbitada de PH. Por cierto, cada uno de nuestros personajes tiene una afición: Pesca, Supervivencia, Fotografía y Cocina. Cada una aporta algo al juego y desarrollarlas es un alicente a jugar, ya que la pesca es un minijuego muy divertido, la supervivencia nos premiará con objetos de vez en cuando, la cocina nos aportará estados beneficiosos, y la fotografía, bueno, es graciosa, pero ciertamente es un extra sin importancia.


Y hablando de minijuegos y de añadidos, uno de los puntos más controversios de las entregas de FFXIII fue, por un lado, sus pocas misiones secundarias y por otro, la falta de exploración. Esta vez no ocurre, ni una cosa ni la otra, desde el primer minuto del juego somos libres de movernos a gusto por todo el reino de Lucis, aunque para desbloquear todo el mapa tendremos que jugar hasta al capítulo 5. Las distancias están marcadas en metros y movernos con el coche está al orden del día, pero las misiones, sobretodo las de cacería, nos meten en medio de los pasajes y toca caminar. Las batidas son la misión más estándar, pero es una lástima que solo podamos ir de una en una. De enfrentarnos a perros salvajes, pasando por escorpiones de una tamaño descomunal hasta el poderoso Bégimo.

Otras misiones que se nos pueden encargar es que vayamos a encontrar un objeto en una limitada área o que está custodiada por bestias, además de otras donde nos pedirán un objeto concreto y nos tocará salir a buscarlo por el mundo para dar con él o incluso nos pedirán fotos de algún lugar concreto. Todas las misiones tienen un nivel aconsejado para realizarse, así que no seas bruto y te lances a una de nv50 si acabas de empezar el juego, aunque ya garantizo que el juego no es muy difícil, a lo sumo tiene algunos picos de dificultad muy concretos. El caso de la exploración bien podría ir aparte, prácticamente, todo cuanto tienes a la vista, puede ser explorado y alcanzado, sea por su mundo abierto o por alguna senda concreta.

Repartidos por cada una de las zonas que visitas verás poblaciones donde comprar suministros o descansar por la noche, aconsejable en niveles bajos ya que los enemigos de la noche son muy poderosos; zonas de pesca donde, si tenemos sedales y anzuelos podremos jugar a este divertido minijuego; áreas de recolección, bien sea de alimentos para preparar nuestras comidas, de minerales para algunas modificaciones de nuestro carro o tesoros como objetos de gran valor o la finalidad de algunas de las misiones que antes hablábamos; y no os olvidéis, que estamos en un Final Fantasy y hay por ahí escondidas algunas mazmorras que nos pondrán las cosas difíciles y nos recompensarán con grandes tesoros. Todo esto amenado por un sistema de movimiento ligero, y ensamblado dentro de un mundo fantástico a la par que real.


Y es que uno de las frases que marcaban a este juego desde el principio era: Una fantasía basada en la realidad. Y hay que jugarlo para entender dicho concepto, como se junta una tierra que bien podría ser una mezcla entre un western y la estética punk; con coches, poblaciones, tanto grandes como pequeñas cabañas; máquinas y centrales eléctricas, pero con un volcán claramente no creado por la naturaleza y unos lagos y mares tan bellos que ninguna erosión podría conseguir, a pesar de sus maravillas. La magia como tal queda relegada a la que usa nuestro protagonista, pero Eos se inspira en gran medida de su estética y el acabado gráfico no es solo bonito, sino fantástico a raudales. Cada zona de Lucis difiere por vegetación y espacios de otra, y el medio ambiente también difiere mucho en cada una, no habiendo los mismos enemigos en la vera de un lago que en una estepa. Queda claro que los gráficos no son lo que podrían ser, las escenas CGI nos demuestran como podría haber lúcido, pero sería estúpido quejarse de ellos. Lo que si voy a objetar un poco son esos tiempos de carga cuando haces un transporte rápido pero no es algo que quiebre la experiencia.

Lo mismo diría de la música, Yoko Shimomura es tremendamente conocida por sus trabajos en la saga Kingdom Hearts, y escuchando la banda sonora encontrarás temas que, claramente, son marca de la casa de la autora, haciendo que, en ocasiones, te parezca una producción del anteriormente dicho como What Lies Within o Veiled in Black (que me pareció como una remasterización de Dark Impetus), quizás se trate del excesivo uso del violín y las cuerdas en sus composiciones. Pero no por ello no consigue dar entidad propia a la aventura empezando primero por su composición de mapamundi, Valse di Fantastica es una canción redonda como pocas, empezando por lo bajo para activarte al poco de escucharla. Sin mencionar todos los temas urbanos que suenan en las poblaciones o aquellos temas vocales que tienen más peso a lo largo de la historia: Somnus. El tema principal del juego. Solo dadle al play y deleitaos.



VALORACIÓN FINAL:

Gráficos: Como comentábamos, los renders y entornos están a un alto nivel, pero esas escenas CGI podrían haber servido de motor gráfico para el juego, marcando con sobresaliente el paso generacional. No obstante, no lo voy a convertir en una queja cuando diseños de personaje, calidad de detalle en los enemigos y un mundo tan carismático rozan la perfecta belleza.

Sonido: El punto al cual le pondría la máxima nota si pudiera, pero creo que aún hay tramo por cubrir en la NextGen y ciertas canciones no eran del todo de mi estilo, aunque si realzan lo que representan y es una dulce perspectiva del futuro de la autora. No se me olvide apuntar que las voces en inglés me han encantado, en especial la de Ardyn.

Jugabilidad: Lo voy a valorar por debajo de lo que se debería por el simple hecho de tan larga espera, el juego merece la pena probarlo y es divertido constantemente, pero hay, bajo mi opinión, demasiadas misiones de caza, tantas que terminan rallando en el tema: "ve hasta este punto y mata al bicho". No obstante, gracias a los minijuegos, la exploración y el sistema de combate consigue no aburrirte nunca.

Duración: Pasarse la historia no sería mucho tiempo a lo sumo 25H con las cinemáticas, pero tenemos el dilema de que las cosas se pueden complicar en el último tramo en un nivel tan bajo y habrá que echar varias más a realizar encargos, que, precisamente, es lo que lleva al juego a las 100H si quieres conseguirlo todo.

Historia: La historia es caótica, mal ejecutada en distintas escenas, pero acierta en ofrecer un nuevo aspecto del típico enfrentamiento contra la nación rival, además de presentar algunos de los mejores personajes que han pasado por la saga. Trágica, dramática y emotiva, así se vende y eso es lo que encuentras, pero hay demasiado contenido que queda suspendido y que éste se de a través de DLCs no me gusta.


Han sido demasiados años para el desarrollo del juego, como apuntó una vez un compañero: FFXV ha creado un muro a base de expectativas que muy probablemente no cruzará. En estos momentos estoy de acuerdo, pero no considero, ni mucho menos, que sea un juego del montón, habiéndome hecho pasar tan buenos ratos y que me ha llevado horas completar. Y aún tengo pendientes algunas mazmorras opcionales que son postgame para conseguir los mejores accesorios y armas, así que aún me queda para rato.

Me saca el espíritu optimista cuando pienso que la saga seguirá este camino, la esencia de la saga sí está presente en FFXV, a pesar del cambio tan abrupto. Pero es que a cada hora enganchado me ha proporcionado opciones de jugar sin fin, una agradable vista con sus escenarios, me ha hecho empatizar con su música y su dramática historia me ha emocionado.

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